Una de las expresiones artísticas más conocidas de la cultura Mochica son los huacos retrato. Este tipo de vasijas se caracterizan por representar las cabezas de diferentes individuos en varios tipos de cerámica, que incluyen: botellas de asa estribo, vasos, cántaros, botellas con asa gollete, copas-sonaja y cancheros.
Huacos retrato
Una de las expresiones artísticas más conocidas de la cultura Mochica son los huacos retrato. Este tipo de vasijas se caracterizan por representar las cabezas de diferentes individuos en varios tipos de cerámica, que incluyen: botellas de asa estribo, vasos, cántaros, botellas con asa gollete, copas-sonaja y cancheros.
Por Sergio Saez
¿De dónde provienen?
Los huacos retrato son un elemento típico de los Mochicas del Sur. Si bien la mayoría han sido encontrados en cementerios disturbados, la poca información conservada indica que la mayoría provienen de los valles del Santa, Virú, Mochica y Chicama, descartando por completo su presencia entre los Mochicas del Norte asentados en los valles de Lambayeque y Jequetepeque.

¿A qué época corresponden?
La cultura Mochica tuvo una larga historia de cambios sociales y políticos que transformaron el panorama de la costa norte durante el primer milenio a. C. Los huacos retrato aparecen desde los inicios de la historia Mochica, pero en un número bastante reducido. Es durante la época de auge (Mochica IV) que su número aumenta considerablemente, así como su calidad. Por ello, los ejemplares con mayores detalles, capaces de expresar los sentimientos y edad de los individuos, corresponden a este momento del desarrollo Mochica.

¿Para qué sirvieron?
Debido a su elaborada manufactura, diversos investigadores consideraron que los huacos retrato eran, efectivamente, retratos de miembros de la sociedad Mochica, específicamente miembros de la élite gobernante. Esta idea se ha generalizado, pero las evidencias arqueológicas indican que la situación es más compleja.

En primer lugar, los huacos retrato no parecen corresponder a personajes específicos. Al parecer, representan a un sector de la sociedad, no a individuos. En segundo lugar, se han logrado identificar una serie de huacos retrato elaborados con el mismo molde, cuyos detalles varían mínimamente. Este hallazgo contradice la idea de que los huacos correspondían a una sola persona a lo largo de su vida o de que fueron utilizados para difundir los retratos de los gobernantes en las tierras conquistadas. El excesivo detalle de los rostros es proporcional a la destreza de los artesanos Mochica.

La rica iconografía escultórica y de Línea Fina, así como los hallazgos en los entierros del Señor de Sipán o la Señora de Cao, muestran cuáles eran los símbolos de poder que utilizaba la clase gobernante Mochica. Los huacos retratos carecen completamente de estos. En su reemplazo, poseen atributos de miembros de la sociedad en general. De menor a mayor recurrencia, los huacos retratos representan: guerreros Mochica, mujeres y “muertos vivientes”, niños, prisioneros, guerreros Recuay y sacerdotes Mochica.

Las representaciones de mujeres son escasas y suelen ser presentadas con la boca abierta, probablemente en relación a los "huacos eróticos".

Los “muertos vivientes” corresponden a personajes con rasgos deformes y de apariencia calavérica. Estos retratos portan tocados, diademas y collares, lo que permite relacionarlos con las escenas de “baile de los muertos”, un motivo popular en la iconografía Mochica.

Llama la atención la presencia de personajes Recuay, cuyos peinados y adornos están presentes en el arte Recuay de la sierra de Áncash. Algunos corresponden a prisioneros y otros a guerreros, quienes aparecen en la iconografía Mochica luchando con los costeños. En algunos casos, los huacos retrato de prisioneros habrían funcionado como reemplazos simbólicos de prisioneros reales.
Los sacerdotes son los personajes más representados en este tipo de vasija. Los detalles de cada huaco retrato parecen relacionarse con la función que habría cumplido cada individuo o el grupo de parentesco al que habría pertenecido. Los sacerdotes Mochica participaron en actividades diversas: sexuales, artesanales, de música, de caza, de curanderismo, textiles, bélicas o rituales de entrega de ofrendas.
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